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Milei se prepara para una jornada de máxima tensión en el Congreso

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En la previa a la apertura de las sesiones ordinarias, el Presidente conversó durante un hora y media con los diputados de La Libertad Avanza. La defensa de la gestión, el conflicto con los gobernadores y el show que prepara para el recinto.
Sebastián Cazón

Por Sebastián Cazón

Javier Milei sabe que este viernes no será un día más de gestión: hablará por primera vez en la inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso, después de haberlo calificado como un “nido de ratas” y en medio del conflicto con los gobernadores. En la previa de una jornada que promete ser de máxima tensión, el Presidente reunió a su tropa legislativa para bajarles línea sobre el rumbo económico, remarcarles que no está dispuesto a ceder en la disputa con los mandatarios provinciales y asegurarles que las encuestas muestran un respaldo a las políticas de ajuste. Entre dato y dato, también se tomó unos minutos para cantarle el feliz cumpleaños al vocero Manuel Adorni. Finalizada la reunión, recibió al jefe del bloque de Diputados del PRO, Cristian Ritondo, para confirmar que la alianza legislativa con el macrismo continúa firme (ver aparte). Mañana, horas antes del discurso, el jefe de Gabinete Nicolás Posse juntará a los diputados y senadores oficialistas para últimar detalles de la sesión.

En la antesala a su exposición en el Congreso, Milei congregó a los diputados libertarios en el primer piso de la Casa de Gobierno. El mandatario acaparó la palabra durante un hora y media y solo se detuvo para escuchar preguntas. La gran inquietud de todos los invitados era saber cuál será el tono y el contenido de su intervención ante la Asamblea Legislativa. Al respecto, solo se limitó a contarles que todavía lo está escribiendo y que sobre el final habrá “una sorpresa”. En el entorno presidencial, adelantaron que pondrá particular énfasis en los resultados que arrojaron auditorías sobre las gestiones de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Habrá show de denuncias y cifras tan estrafalarias como incomprobables. La “pesada herencia”, los “curros” y las “cajas negras de la política” ocuparán una parte central del guión.

Del encuentro participó casi todo el bloque oficialista. Los diputados Oscar Zago, “Bertie” Benegas Lynch y Juliana Santillán, entre otros, llegaron en subte a la plaza de Mayo y se ufanaron de la aventura compartiendo fotos en las redes sociales. La única integrante del bloque que faltó a la cita fue la diputada Marcela Pagano, a quien se la vio horas más tarde ingresando a la Casa Rosada. Enojada por manejos internos del partido, la periodista pegó el faltazo, aunque por la tarde habría tenido una charla privada con el Presidente. Entre los presentes, también se lo vio al titular de la Cámara baja, Martín Menem; al ministro del Interior, Guillermo Francos; al asesor presidencial Santiago Caputo y a la secretaria general de la presidencia, Karina Milei.

El eje central de la charla con los diputados giró en torno a la situación económica. El jefe de Estado repitió que la actividad se recuperará a fin de año, una premonición que remonta a Mauricio Macri y un promisorio “segundo semestre” que nunca llegó. En cuanto a la inflación, pronosticó que en marzo y abril seguirá siendo alta para descender con más fuerza los meses siguientes. Febrero rondará los 15 puntos, según Milei. Además, sostuvo que la sociedad es optimista frente al ajuste y citó una encuesta que indica que “las expectativas de que la economía va a mejorar pasaron del 20 al 42 por ciento».

«La gente nos apoya, no come vidrio”, dijo la diputada Lilia Lemoine a la salida del encuentro y agregó que “el Gobierno está cumpliendo con lo que dijo en la campaña, que el ajuste es sobre la política». Además, se refirió al conflicto con el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, quien le pidió al Presidente “abrir una mesa de diálogo” para discutir los recursos de las provincias. Lemoine lo calificó de “ridículo” y afirmó que “solo se merece burlas”. En la reunión en el salón Sur, Milei les dejó en claro a los diputados que, a pesar del reclamo de los gobernadores, no retrocederá en los recortes de fondos a las provincias. «La disciplina fiscal no se negocia», repite. En Casa Rosada, celebraron que Torres haya “bajado varios cambios”, dieron por terminada la discusión política y resaltaron que la disputa la terminará resolviendo la Justicia.

Sobre la actividad parlamentaria, en el oficialismo señalan que todavía no están definidas las iniciativas que se enviarán, aunque Oscar Zago anticipó que trabajan para volver a tratar la ley de Bases. Una posibilidad es que prueben suerte nuevamente mandándola en retazos. Benegas Lynch destacó que, en las negociaciones con la oposición, La Libertad Avanza tuvo «diálogo para podar casi la mitad de los artículos de la norma». “El consenso no es negociar privilegios y seguir con lo mismo. Javier (Milei) ni nadie de los que está en La Libertad Avanza se metió en la política para esto», expresó.

La bancada oficialista tendrá este viernes al mediodía un cónclave ampliado. Nicolás Posse reunirá a los diputados y senadores de La Libertad Avanza en la Casa Rosada. El silencioso jefe de Gabinete buscará exhibir una muestra de unidad y bajar los últimos lineamientos en la previa de un discurso que será incendiario. El Presidente no hablará desde el estrado sino desde un atril que pidió instalar especialmente para la ocasión. Desde ahí lo escucharan los legisladores a los que llamó “coimeros” y “extorsionadores”.


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Divide y reinarás: El Gobierno aumenta el presupuesto solo para la Universidad de Buenos Aires

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Incrementará un 300 por ciento los recursos destinados a los gastos de funcionamiento. El Consejo Superior de la UBA afirmó que esto permite una previsibilidad, pero alertó sobre la situación salarial, que aún no está resuelta. El vicerrector Emiliano Yacobitti aseguró que seguirán reclamando por el resto de las casas de estudio.

Werner Pertot

Por Werner Pertot

La Universidad de Buenos Aires (UBA) decidió levantar la emergencia presupuestaria, tras alcanzar un acuerdo con el gobierno de Javier Milei por los gastos de funcionamiento, que recibirán una suba del 270 por ciento, y de sus hospitales, cuyo incrementp será cercano al 300 por ciento. En un comunicado, el Consejo Superior de la UBA afirmó que esto permite una previsibilidad, pero alertó sobre la situación salarial, que aún no está resuelta. Tampoco la inversión en ciencia y las obras que están paradas. En tanto otras 60 universidades continúan con el reclamo que llevó a la marcha universitaria y que no fue respondido. El vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, advirtió que seguirán reclamando por el resto de las casas de estudio. Las otras universidades indicaron que el aumento solo a la UBA «resulta inadmisible y provocador«. «No aceptaremos que existan estudiantes de primera y de segunda«, lanzaron. El Gobierno quedó a tiro de una cautelar.

Desde el comienzo de las negociaciones con las universidades y, sobre todo, en las reuniones posteriores a la marcha universitaria que resultó masiva en todo el país (algunas estimaciones llegaban al millón de personas), el Gobierno buscó dividir a la UBA del resto de las instituciones. De hecho, tuvieron una atención especial con el rector Ricardo Gelpi, a quien la ministra de Capital Humano, Sandra Petovello, recibió un día antes que al resto. En los encuentros con todos los rectores, el Gobierno escuchó, pero no hubo avances reales en destrabar fondos. De hecho, en una exposición ante el Congreso, el secretario de Educación, Carlos Torrendell, no pudo dar precisiones sobre cómo se resolverá el conflicto universitario.

A partir de ahí, lo público se separa de las negociaciones a puertas cerradas. Con la UBA particularmente, el encargado de las negociaciones, que pasó a ser Torrendell, tuvo tres reuniones más. Estuvo presente también el secretario de Políticas Universitarias, Alejandro Alvarez, aunque moderó sus modales. Allí, las autoridades de la UBA insistieron con el planteo de actualizar lo presupuestario y tuvieron varias discusiones, avances y retrocesos. Finalmente, desde el Gobierno nacional aceptaron aumentar aquellas partidas sin las cuales directamente se iba a un cierre de la UBA: el funcionamiento básico (la luz, etc) y el presupuesto para los hospitales. Según confirmaron a este diario, no solo acordaron sino que ya empezaron a pagar.

En el caso de la UBA, los gastos de funcionamiento representan el 14 por ciento de los gastos totales (porque allí hay que contemplar también los seis hospitales; en otras universidades es la mitad de ese porcentaje). «Si ellos no garantizaban ni el presupuesto mínimo para prender las luces, teníamos que cerrar», insistieron desde el rectorado a este diario.

Sigue la discusión

No obstante, en el comunicado que emitió el Consejo Superior de la UBA para anunciar que levantaba la emergencia universitaria, dejaron en claro que sigue la discusión por ese otro 86 por ciento del gasto sobre el que no hubo acuerdo (principalmente, son los salarios docentes y no docentes). Lo que recibieron fue una actualización de los gastos de funcionamiento del 270 por ciento interanual y del 300 por ciento para los hospitales universitarios y aquellas funciones de la universidad vinculados al área asistencial. Se trata de 26.016.488.265 pesos que el Gobierno les comenzó a transferir con destino a afrontar los Gastos de Funcionamiento y otros 35.436.785.336 de pesos para sostener los niveles de atención de la salud.

“Las sumas indicadas, si bien se encuentran por debajo del presupuesto óptimo para el funcionamiento pleno de la Universidad, posibilitan una programación presupuestaria, imposible hasta el momento”, señaló la UBA, que también destacó que continúa el “estado de alerta y profunda preocupación” por la actualización salarial como también otras partidas “particularmente aquellas vinculadas a las áreas de Ciencia y Tecnología, Extensión Universitaria y a los Programas de infraestructura universitaria”. Es decir, las obras que están paradas, algunas de las cuales ya estaban en curso.

En materia salarial, no hubo acuerdo con el Frente Sindical de las Universidades: la propuesta del Gobierno, ante una inflación acumulada superior al 70 por ciento, fue: 16 por ciento en febrero, 12 por ciento para marzo y 8 por ciento para abril. Es decir, un 36 por ciento. Los números solos indican por qué están muy lejos de un acuerdo con los gremios. Desde el Consejo Superior de la UBA advirtieron que este acuerdo debería llegar urgente y también se mostraron a favor de que el Congreso sancione una Ley de Financiamiento Universitario que establezca un criterio de actualización para el presupuesto universitario, para que no se repita lo de este año.

Tras el acuerdo, Yacobitti escribió en su cuenta de Twitter: «Gracias a que la sociedad se expresó con contundencia en defensa de las universidades públicas, el gobierno actualizó los gastos de funcionamiento de la UBA (aprox. 300%) para que no tenga que cerrar. Es un triunfo de todos los que apostamos a la educación para un mejor futuro». Luego aclaró: «Vamos a seguir reclamando por los salarios docentes y no docentes que perdieron más de un tercio de su capacidad económica en 4 meses, por los recursos para CyT y las obras de mantenimiento de los edificios y laboratorios».

Y luego volvió a aclarar: «También es importante que esta corrección sea para todo el sistema y no solo para la UBA. Sentarnos a discutir un presupuesto para el 2025 que contemple los reajustes». Esto último quizás tenga que ver con la reacción del resto de las universidades, que tronaron apenas se conoció la noticia.

«Universidades de segunda»

Todas las universidades vienen funcionando con un presupuesto que se votó a fines de 2022 y que, insisten, es insuficiente para llegar no ya a fin de este año, sino a mitad de año en algunos casos. Por lo tanto, apenas se conoció el aumento para la UBA, las otras 60 casas de estudio pusieron el grito en el cielo y hablaron de una “discriminación federal injusta” de parte del Gobierno.

Hubo una reunión de emergencia del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) para tratar el tema. «Estamos en plena discusión viendo si nos dan lo mismo a todos. Si no, habrá problemas”, señaló antes de ingresar a la reunión Víctor Moriñigo, rector de la Universidad Nacional de San Luis y actual presidente del CIN.

El CIN emitió luego un comunicado que dejó en claro como estaban los ánimos: «Resulta inadmisible y provocador que se reconozca solo para una universidad y no para la totalidad del sistema que reúne a un conjunto de 60 universidades a lo largo y a lo ancho de todo el país, que representan a dos millones de estudiantes de las universidades argentinas. No aceptaremos que existan estudiantes de primera y de segunda«, remarcaron los rectores en un comunicado del CIN.

«Rechazamos cualquier metodología que promueva la división entre universidades y dentro de las universidades. No convalidaremos ningún intento de división, ni priorizaremos nunca ningún atajo. El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) no resigna lo que cree. No es solo un problema de recursos, es también de principios», le advirtieron al Gobierno.

Por otro lado, advirtieron que el Gobierno reconoció con ese pago que tienen razón y que «hay plata». Según pudo saber este diario, todavía no harán una presentación judicial, sino que esperarán una respuesta del Gobierno, pero la disparidad de criterios pone a la administración nacional a tiro de una cautelar. En el comunicado indicaron que esa transferencia a la UBA «implica el reconocimiento por parte del gobierno nacional de uno de los aspectos del problema -y su grave magnitud- que todo el sistema universitario viene planteando desde enero de este año. Por lo tanto, habiendo el gobierno confirmado con sus actos que los recursos están, exigimos inmediatamente una resolución que garantice un incremento igual al otorgado a la Universidad de Buenos Aires para todas las universidades públicas de la Nación.

«Con la misma urgencia, seguiremos bregando por paritarias para las y los trabajadores de las universidades que recompongan la pérdida del poder adquisitivo del salario, por el sostenimiento y el fortalecimiento del sistema científico y tecnológico, por la actualización del monto destinado a becas estudiantiles y por la recuperación de las obras de infraestructura hoy paralizadas», concluyeron.


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