SOCIEDAD
Todo listo para la privatización de los medios públicos

La decisión le da mayor poder al Jefe de Gabinete Nicolás Posse pero sobre todo a Karina Milei, quien tendrá poder de decisión sobre los contenidos y la pauta oficial.

Los medios públicos están en el ojo del gobierno de Javier Milei, tal vez como pocas otras empresas del Estado. La novedad de este viernes es que a través de una resolución publicada en el Boletín Oficial el Poder Ejecutivo transfiere los medios que conforman el sistema estatal a la Jefatura de gabinete, a cargo de Nicolás Posse. La decisión puede leerse como mucho más que una formalidad y reordenamiento de la estructura de gobierno, ya que faculta a esa cartera a “impartir lineamientos” para poder “intervenir en la administración y el funcionamiento” de la totalidad de los medios que actualmente están bajo la órbita estatal. La decisión se publica en medio del debate en la Cámara de Diputados por la “Ley ómnibus” enviada por el gobierno, que incluye que las empresas de medios estatales sean plausibles de ser privatizadas.
Si bien no se trata de una “intervención política” de los medios públicos, ya que -por ahora- los directorios de cada empresa estatal siguen en funciones, el traspaso de todo el sistema comunicacional con participación estatal a la Jefatura de Gabinete pareciera ser el paso previo para su remate. A la espera de lo que suceda en el Congreso, el Ejecutivo crea las condiciones para facilitar la privatización de los medios, quitándolos de la órbita de la Secretaría de Comunicación y Prensa -a cargo de un debilitado Eduardo Serenellini- para que Posee sea el funcionario que aplique las política anunciada una y otra vez por el gobierno nacional. El desfinanciamiento y la falta de una planificación artística de los medios fueron las primeras señales de la ola privatizadora que Milei ya puso en marcha y que espera sumar el aval del Congreso.
El decreto 111/2024 es taxativo en las facultades que le otorga a Posee. El artículo 12 le da el poder de “intervenir, de conformidad con las pautas y lineamientos impartidos por el Jefe de Gabinete de Ministros, en la administración y funcionamiento de RADIO Y TELEVISIÓN ARGENTINA S.E., integrada por LS82 Canal 7, LRA Radio Nacional y Radiodifusión Argentina al Exterior (RAE)”. Mismo poder le concede en el artículo 13 para “TÉLAM S.E. y de CONTENIDOS PÚBLICOS S.E., así como en la operación, desarrollo y explotación del contenido y funcionamiento del Polo de Producción Audiovisual y de las señales integrantes de dicha sociedad”. Hay que tener en cuenta que Contenidos Públicos SE es la sociedad estatal que se encarga de la producción y distribución de los canales Encuentro, Pakapaka, DeporTV y del portal Contar.
Además, en el mismo decreto se le traslada a la Jefatura de gabinete la responsabilidad de “entender en la participación del ESTADO NACIONAL en TELESUR, de conformidad con las pautas y lineamientos impartidos por el Jefe de Gabinete de Ministros” (artículo 14), así como “en la administración, operación y desarrollo del Banco Audiovisual de Contenidos Universales Argentino (BACUA), sus señales, medios relacionales y conexos” (art. 16). Por último en lo que refiere a medios y comunicación estatales, el artículo 15 le otorga a Posee ele ejercicio de “la presidencia del CONSEJO ASESOR DEL SISTEMA ARGENTINO DE TELEVISIÓN DIGITAL TERRESTRE, pudiendo delegar dicha función en un funcionario de la Secretaría con rango no inferior a Subsecretario”.
La fortaleza de Posse dentro del gabinete y en el área comunicacional no se limita al traspaso de los medios estatales, con amplias facultades para intervenir. El decreto 110/2024, también publicado en el día de la fecha en el Boletín Oficial, le atribuye al Jefe de gabinete diferentes competencias referidas a la comunicación de gobierno. En el artículo 3, le confiere la responsabilidad de “administrar y controlar los medios de difusión que se encuentran bajo la responsabilidad del PODER EJECUTIVO NACIONAL y aquellas empresas del sector en las que la jurisdicción sea accionista”, “entender en el lineamiento de las políticas referentes a Medios Públicos Nacionales y su instrumentación” e “intervenir en la definición de la estrategia de comunicación y de contenidos realizada por canales y plataformas de comunicación directa del ESTADO NACIONAL con los ciudadanos”.
Claro que Posse no es el único que se fortalece dentro del gobierno. El mismo decreto le otorga mayor poder a la Secretaría General de la presidencia, a cargo de Karina Milei, a quien le traspasa facultades vinculadas a la comunicación oficial que hasta ahora estaban bajo la órbita de Serenellini. La subsecretaria de Vocería (a cargo de Manuel Adorni) y de Comunicación de Gobierno (Javier Lanari) pasan a depender de la hermana del presidente. La secretaria general concentra con este decreto todos los aspectos y medios relacionados a la comunicación presidencial, que van desde el manejo de redes sociales hasta lo relativo a las transmisiones de mensajes presidenciales, incluyendo las tareas de producción, edición y fotografía.
Un aspecto que llamó la atención es que pese al anuncio de suspender la publicidad oficial, el decreto faculta a Karina Milei a que se encargue de su estrategia y aplicación. “Entender en la planificación, contratación y ejecución de la publicidad oficial de gestión centralizada y en la coordinación y ejecución de la publicidad oficial de gestión descentralizada”, señala el texto. En otros apartados le atribuye a la Secretaría general “dirigir la planificación, coordinación y ejecución de la publicidad oficial de gestión centralizada, y coordinar y ejecutar la publicidad oficial de gestión descentralizada”, además de “entender en la formulación, ejecución y control de las políticas de comunicación social y de medios de comunicación social, en particular a la difusión de opciones educativas”.
RIO TURBIO
20 de junio ¿por qué celebramos el Día de la Bandera?

A 205 años del fallecimiento de Belgrano, la Argentina celebra el Día de la Bandera. Por qué se eligió esta fecha, cómo nació el símbolo patrio más reconocido y qué lugar ocupa hoy en la construcción de la identidad nacional.
Por Dr. Cristian Baquero Lazcano
Cada año, cuando el invierno apenas asoma y el calendario marca el 20 de junio, la Argentina entera detiene su marcha. Las aulas, las plazas, los medios de comunicación y los discursos institucionales se visten de celeste y blanco. El Día de la Bandera no es solo una evocación protocolar, es una cita con la historia y con la identidad.
La fecha fue establecida por ley en 1938, como homenaje al fallecimiento de Manuel Belgrano, creador de la enseña patria, ocurrido el 20 de junio de 1820. Pero la elección no fue casual ni improvisada, fue una forma de dar visibilidad y reconocimiento tardío a uno de los hombres más lúcidos, comprometidos y silenciosos de la emancipación sudamericana.
¿Por qué el 20 de junio?
Belgrano murió en soledad y sin honores oficiales. Aquel 20 de junio de 1820, Buenos Aires atravesaba una de las mayores crisis políticas de su historia, las provincias estaban en conflicto, las autoridades se disputaban el poder, y el deceso del prócer pasó prácticamente inadvertido. No hubo exequias de Estado ni luto nacional.
Recién en el siglo XX se saldaría esa deuda simbólica con la figura del prócer. El 8 de junio de 1938, el Congreso Nacional sancionó la Ley 12.361, que instauró el 20 de junio como feriado nacional en homenaje a la bandera y a su creador. Desde 2011, por decreto, es un feriado inamovible. Y desde entonces, la fecha se transformó en una jornada de reflexión, promesa escolar y conmemoraciones masivas, especialmente en Rosario, donde la bandera fue izada por primera vez.
Una bandera que nació sin autorización
La bandera argentina fue creada el 27 de febrero de 1812, en el entonces villorrio de Rosario, en plena campaña del Ejército del Norte. Belgrano, al frente de las tropas, ordenó levantar una bandera que pudiera distinguir a los soldados patriotas en el campo de batalla. La escarapela ya había sido adoptada oficialmente días antes, con los colores blanco y celeste.
“Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional”, escribió Belgrano en su informe. El Triunvirato porteño, sin embargo, le prohibió seguir usándola. Pero el símbolo ya había calado hondo.
Del campo de batalla al aula escolar
Los primeros usos de la bandera fueron estrictamente militares. En una época sin uniformes ni divisas claras, era clave tener una insignia que permitiera distinguir aliados de enemigos. El color rojo, tradicionalmente asociado a los realistas, fue evitado de forma explícita por Belgrano.
Con el tiempo, la bandera ganó legitimidad popular y política. El Congreso de Tucumán la adoptó como símbolo nacional en 1816, y dos años después, en 1818, se incorporó el Sol de Mayo, inspirado en las primeras monedas patrias acuñadas en Potosí.
Este sol -con rostro humano y 32 rayos alternados- representa la Revolución de Mayo y marca el carácter de “bandera mayor” o de guerra, a diferencia de la versión sin sol, usada hasta 1985 por particulares.
Rosario, el corazón de la celebración
La ciudad de Rosario, donde Belgrano izó por primera vez la bandera a orillas del río Paraná, es la sede histórica de las celebraciones. Allí se erige el Monumento Nacional a la Bandera, inaugurado oficialmente el 20 de junio de 1957, con desfiles, discursos y presencia de autoridades. Desde hace algunos años, se sumó un símbolo colectivo de gran impacto, la bandera más larga del mundo, confeccionada por miles de vecinos y escuelas en tramos que se van uniendo hasta superar los diez kilómetros.
De emblema militar a símbolo colectivo
La bandera no es solo un paño, ni un accesorio ornamental. Es un emblema de pertenencia, un testigo silencioso de la historia y una señal de identidad cultural. Flamea en las escuelas, pero también en los balcones, los estadios, las movilizaciones, las tragedias y los logros deportivos.
Por eso, cada 20 de junio, la Promesa de Lealtad a la Bandera que realizan los alumnos de cuarto grado en todo el país adquiere una profundidad especial. No es una fórmula vacía. Es la primera vez que muchos niños se reconocen parte de una comunidad política que los trasciende.
Un legado que interpela
Belgrano no fue solo el creador de la bandera. Fue también un reformista ilustrado, defensor de la educación gratuita, promotor de la industria nacional y figura clave en el proceso de independencia. Su vida, cargada de renuncias personales y servicio público, representa una ética de la responsabilidad que todavía hoy resulta incómoda en tiempos de discursos fáciles.
Que este 20 de junio no sea apenas una jornada con discursos escolares y mástiles engalanados. Que sea también un momento para preguntarnos cuánto hay en nosotros de esa promesa original, la de construir una patria libre, justa y soberana. Como la que Belgrano imaginó bajo su bandera.
(*) Cristian Baquero Lazcano
Profesor e Investigador Universitario. Doctor en Psicología Social. Director de Comunicación de la Asociación Argentina de Ceremonial y Protocolo (ASARP). Especialista en Heráldica y Vexilología. Creador de banderas y escudos oficiales en municipios y comunas de la República Argentina.
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