Conectarse con nosotros

NACIONALES

Raverta: la moratoria previsional no se contradice con las recomendaciones del FMI

Publicado

el



La titular de la ANSES dijo que el plan de pagos está alineado con los requisitos del Fondo, dado que no tiene un impacto fiscal importante porque «se compensa con disminución de otros beneficios».

La Directora Ejecutiva de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) aseguró que la Ley de Plan de Pago de Deuda Previsional “permite solucionar los trayectos laborales no formalizados”, garantizando a 800.000 personas el acceso a una jubilación.

Desde el organismo informaron que, durante el primer día de atención, iniciaron el trámite para 2.290 solicitantes que -de cumplir con los requisitos- podrán acceder al beneficio a través del plan de pagos que permite regularizar los aportes faltantes a personas en edad de jubilarse.

En un encuentro con la prensa, Raverta aseguró que el sistema jubilatorio estuvo en riesgo porque “los diputados de la oposición no dieron el quórum necesario por 2 meses” debido a que “tienen un modelo de seguridad social distinto” al de su gestión.

“La prioridad hoy está en el bolsillo de los jubilados. Cuando la fórmula de movilidad – atada 50% a la recaudación y 50% al RIPTE (remuneración promedio) – no nos deja conformes, hacemos refuerzos de ingresos. Para adelante el problema se resuelve con trabajo genuino y formal. Para atrás con moratorias”.

En ese sentido, sostuvo que el plan de pagos “tiene el espíritu de las moratorias anteriores, pero mejoradas», en relación con las iniciativas llevadas a cabo en 2004 y 2014.

“Perdimos 3 meses de poder jubilar a las personas porque la oposición no bajó a sesionar. Pero si nuestra capacidad operativa nos lo permite y podemos establecer más turnos para ponernos al día, lo haremos. Contamos con más de 13.000 trabajadores”, aseguró la titular de la ANSES.

Por otra parte, Raverta precisó que más allá de las restricciones marcadas en la última resolución «el número de 800.000 (personas que podrían acceder a la jubilación) se mantiene», y subrayó que la ley «no se contradice» con las recomendaciones formuladas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La semana pasada, ANSES y AFIP dieron a conocer la segmentación socio-económica a través de la cual se evaluará si los solicitantes pueden acceder al plan.

A través de una resolución conjunta, establecieron los límites de ingresos y patrimonio para poder inscribirse. Sin embargo, quienes excedan los niveles de ingresos mensuales o de patrimonio determinados sólo podrán cancelar la deuda en un pago.

Entre los requisitos para solicitar el plan de pagos, se destacan:

  • El ingreso bruto promedio mensual de los 12 meses anteriores a la fecha de la solicitud, no debe superar el piso vigente para el pago del Impuesto a las Ganancias, que hoy equivale a $404.062.
  • El patrimonio declarado en el Impuesto sobre los Bienes Personales no puede superar en 2,4 veces el importe anualizado del ingreso previsto (unos $4,8 millones si se multiplica por 12 los $404.062). Es decir, no podría superar los $11,6 millones sin tomar en cuenta la propiedad que se usa como vivienda familiar (casa-habitación).
  • No contar con un automóvil que supere en una vez el importe anualizado del piso de ingresos ($4,8 millones), sin contar maquinarias agrícolas. Tampoco contar con aeronaves (informados por la Administración Nacional de Aviación Civil) ni embarcaciones de más de 9 metros de eslora (informada por la Prefectura Naval Argentina).
  • No tener gastos y consumos cuyo promedio mensual correspondiente a los últimos 12 meses anteriores no supere el 80% de $404.062. Se toman en cuenta en este caso los gastos efectuados con tarjetas de crédito o débito informados por las entidades financieras.

Por otro lado, existen ciertas incompatibilidades, que hacen que el solicitante quede excluido: el cobro de la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), el plan Potenciar Trabajo y la obtención de otras moratorias previsionales que no se hayan saldado.

Sin embargo, desde el organismo subrayaron que “es decisión de cada ciudadano optar por uno u otro beneficio”.

Con respecto al costo fiscal de la medida, Raverta aseguró que “si se tiene en cuenta que en muchos casos las erogaciones adicionales que resultan de las nuevas jubilaciones se compensan con la renuncia a algunos de esos dos beneficios, el plan «no tendrá un impacto fiscal como han tenido otras moratorias», destacó.

La cuota que deberá pagar cada nuevo beneficiario no podrá superar el 30% del haber mínimo jubilatorio y, en función del monto de la deuda, podrán ser hasta 120. No se aplicará tasa de interés, ya que el monto a pagar se ajusta trimestralmente por la Ley de Movilidad, al igual que el ingreso.

Para solicitar turno, las personas interesadas deben ingresar con Clave de la Seguridad Social en anses.gob.ar, opción “Turnos” y seleccionar “Para Plan de Pago Deuda Previsional – Asesoramiento Jubilación”.

El trámite es gratuito y no necesita intermediarios.


NACIONALES

Cuáles son los cambios que exige la oposición para acompañar la Ley Bases y el paquete fiscal

Publicado

el


El debate legislativo de la semana finalizó sin dictamen. El oficialismo ya sabe que los proyectos que se aprobaron en la Cámara de Diputados sufrirán modificaciones. Los cinco puntos clave.

Por María Cafferata

Un Pacto de Mayo sin ley, una ley sin forma. La imposibilidad de dictaminar la Ley Bases no solo enterró la ilusión del acto de unidad con los gobernadores en Córdoba, sino que hundió la fantasía de que el gobierno ya había logrado cerrar un gran acuerdo con la oposición. No hay acuerdo ni borrador final: solo la certidumbre de que los proyectos que se aprobaron en Diputados no serán los mismos que se aprobarán en el Senado. Hay seis senadores opositores cuyas firmas son claves que todavía aguardan una respuesta del oficialismo sobre sus pedidos de modificaciones y, hasta que no tengan una devolución, no dictaminarán nada. La pelota, aseguran, está del lado del gobierno nacional, que tendrá que definir, este fin de semana, qué cambios acepta y cuáles se arriesga a rechazar. En el mientras tanto, nadie, ni el propio gobierno, está seguro de qué forma final tendrán las dos primeras leyes que el Congreso le aprobará a Javier Milei. 

Martín Lousteau (UCR), Pablo Blanco (UCR), Maxi Abad (UCR), Guadalupe Tagliaferri (PRO), Edgardo Kueider (Entre Ríos) y José Carambia (Santa Cruz) son los seis senadores de cuyas firmas depende que las comisiones de Presupuesto, Legislación General y Asuntos Constitucionales puedan dictaminar la Ley Bases y el paquete fiscal para que puedan llegar al recinto. El oficialismo se equivocó al creer que el número estaba garantizado y que, en todo caso, la discusión por la letra chica se resolvería de camino al recinto. Y los senadores se lo están haciendo pagar. Para muchos, la inclusión de Victoria Villarruel en las negociaciones – hasta ahora desplazada – habilitará un diálogo más fluido con un oficialismo que, hasta ahora, estaba fragmentado. El intercambio era, por momentos, contradictorio: el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, decía una cosa y el ministro de Interior, Guillermo Francos, decía otra. 

«Que digan lo que quieran, yo no firmo nada». La frase salió de la boca de varios senadores opositores en las últimas 48 horas. Senadores que se sienten empoderados y que, ante la ausencia de ofertas concretas del gobierno – con la excepción de los fondos para la UBA (un guiño directo al radicalismo) -, van acumulando reclamos. El gobierno solo cuenta con siete senadores propios y otros cinco del PRO: está muy lejos de los 37 que necesita para el quórum, por lo que no está en condiciones de ignorar ningún pedido. El problema es que, a medida que pasa el tiempo, los pedidos son cada vez más.

RIGI

A la cabeza de los reclamos está el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que otorga beneficios fiscales exorbitantes por 30 años para todas las empresas extranjeras que inviertan más de 200 millones de dólares. El vocero más elocuente contra el RIGI ha sido Lousteau, pero no está solo: el radical arrastra consigo también las objeciones de Tagliaferri, Blanco, Abad y varias fuerzas provinciales. Una de las mayores críticas es al artículo 163, que anula cualquier normativa provincial que restrinja lo sostenido por el régimen (adhieran o no las provincias). Se reclama, a su vez, establecer un régimen especial para las industrias más chicas – ya que las inversiones por más de 200 millones están pensadas, casi exclusivamente, para la actividad minera y petrolera -, así como algún sistema de «compre argentino» que proteja a la industria local de la apertura de importaciones.

Hay otros senadores, como Kueider, que plantean cambios más de fondo, como la exigencia de encadenamientos productivos locales.

Impuesto a las Ganancias

Si hay un capítulo que no tiene posibilidades de aprobarse sin cambios es la restitución de Ganancias. Los senadores patagónicos exigen incluir un diferencial para la zona – aludiendo a que el costo de vida es mucho mayor que en el resto del país – y reclaman un incremento del piso mínimo del 22 por ciento. Es decir, que pasaría de 1,8 millones a casi 2,2 millones (que es el mínimo que el proyecto sostiene para personas casadas). 

Este punto está casi cerrado con el gobierno nacional, ya que los patagónicos amenazaron con voltearle todo el paquete fiscal si no introduce cambios. Los patagónicos están cerca de sumar unos 48 votos en contra. Es decir, los dos tercios del Senado, lo que obligaría al oficialismo a conseguir la misma mayoría en Diputados para rechazar la modificación (un número que LLA no tiene posibilidades de alcanzar). Dependen de que Unión por la Patria y un par de senadores sin tierra quieran acompañar y están confiados en que lo lograrán. 

Privatizaciones

Era un capítulo que parecía cerrado y que, en la última semana, empezó a acumular varias objeciones. Principalmente por la privatización de dos empresas públicas: Aerolíneas Argentinas y Correo Argentino. Son varios los senadores del Sur que advierten que, si privatizan la línea de bandera, se caerán varias rutas no turísticas de la Patagonia, como ya sucedió en los 90′. El mismo argumento se repite para el Correo Argentino: el temor es que termine habiendo ciudades y pueblos enteros que se queden sin correo si el Estado no lo garantiza. 

Estas objeciones representan un dolor de cabeza para el oficialismo, ya que el capítulo de privatizaciones representa una de las partes centrales de la Ley Bases. En efecto, cuando el proyecto se cayó en febrero en Diputados fue porque el recinto estaba a punto de rechazar las privatizaciones (entonces eran un total de 27, ahora son once). En el oficialismo buscan evitar una «carnicería» del proyecto, pero se enfrentan a una difícil realidad numérica: si los patagónicos repiten el número de Ganancias para privatizaciones podrían terminar blindando también este capítulo frente a posibles modificaciones en Diputados. 

Blanqueo de capitales

Con el tándem Lousteau-Tagliaferri encabezando la avanzada, el gobierno reconoce que introducirá cambios en el capítulo de blanqueo (uno de los más generosos de los últimos años, ya que permite que quienes blanqueen hasta 100 mil dólares no paguen ninguna penalización). Uno de los pedidos es excluir a los hermanos de los funcionarios, así prohibir la posibilidad de que las personas puedan blanquear en nombre de otras (testaferros). Otro de los cambios será ampliar de 5 a 10 años el tiempo que tenga que haber pasado desde que una persona ocupó un cargo público para poder acogerse al beneficio.   

Moratoria previsional

Hay, además, decenas de pedidos de modificaciones que refieren a la reforma de la Ley de Hidrocarburos o la Ley de Procedimiento administrativo, así como a la reforma laboral. Uno de los temas más delicados es, sin embargo, la eliminación de la moratoria previsional. Hoy por hoy, en el Senado no está el número para aprobar este capítulo, que no solo cuenta con el rechazo de UxP o Carambia y Kueider, sino también de la cordobesa Alejandra Vigo, la rionegrina Mónica Silva y la neuquina Lucila Crexell. La gran mayoría de los senadores coinciden en que eliminar la moratoria representaría un duro golpe para las mujeres – 9 de cada 10 no cuenta con los 30 años de aportes – y nadie quiere cargar con ese costo político. Más de un senador pro Ley Bases, incluso, tiene planeado levantar e irse durante la votación para no tener que votar a favor. 


Seguir leyendo

Más leídas - últimas 48Hs.