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Wado De Pedro apura una definición de La Rosada

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El ministro del Interior se pronunció a favor de la suspensión de las PASO: «La mayoría del FdT quiere suspenderlas», dijo. Alberto Fernández se resiste y porotea el bloqueo en diputados. La discusión entre paritarias y suma fija también divide aguas y vuelve a golpear a la CGT, herida después del Presupuesto.

Melisa Molina

Por Melisa Molina

Dentro del oficialismo continúan los debates a cielo abierto. Hoy las discusiones –entre otras– giran alrededor de dos temas puntuales: si dar o no una suma fija a los trabajadores registrados y si eliminar o no las PASO. El Presidente asegura que no avanzará con ninguna de las dos cosas, pero el kirchnerismo presiona para que sucedan. Así lo dejó claro el ministro del Interior, y hombre de confianza de la vicepresidenta, Eduardo «Wado» De Pedro. «La mayoría del FdT» quiere suspender las PASO, dijo, y agregó que el ministro de Economía, Sergio Massa, y CFK están pensando en una suma fija para los trabajadores. En Casa Rosada insisten con la postura que mantienen hasta ahora y no creen que ninguna de las dos cosas ocurra. 

La pelea por la suma fija

«La gente tiene que tener más plata que lo que la inflación les saca. Es un compromiso, una batalla que vamos a dar y es lo que planteamos después de las PASO de 2021», dijo De Pedro al Destape. «Massa está pensando con Cristina una suma fija para que aquellos que perdieron con la inflación puedan recuperar su nivel de consumo», lanzó aunque se supo que el diálogo del ministro de Economía no sólo es con CFK, sino también con la nueva ministra de Trabajo, Kelly Olmos. El ministro del Interior puntualizó que la suma fija es, también, un reclamo de los sectores Pyme, que se verían beneficiados con una medida de ese estilo, y se ocupó de dejar en claro que conversa de forma cotidiana con Massa.

El Presidente, sin embargo, considera que el gobierno no debe entregar una suma fija. Así lo dijo el miércoles en el mismo espacio cuando aseguró que entregarla «rompería la lógica de la paritaria y desarticularía toda la escala de una actividad». Fernández recordó que es un debate que «genera mucha oposición de los gremios», en relación al sector de los «gordos» e «independientes» de la CGT que rechazan de manera tajante esa posibilidad. Uno de sus triunviros, Héctor Daer, lo sostuvo en reiteradas ocasiones, entre otras el acto en Obras Sanitarias del 17 de octubre. «Las paritarias –disparó– son el alma de nuestro espacio».

Pero pese a esa cercanía, ese sector de la CGT está disgustado con el Presidente. Según dicen, les «promete cosas que después no cumple». La principal molestia a esta hora, según pudo saber este diario, es por el Presupuesto aprobado en el Congreso. Allí había dos artículos que aseguraban a los gremios la aplicación de 148 mil millones de pesos a sus prestadoras de salud, pero luego de las negociaciones del oficialismo con la oposición para conseguir la aprobación, los dos artículos fueron eliminados.

«Es todo un desquicio –dice–. Todo lo de las obras sociales lo tiraron abajo. Esperamos reunirnos con Massa por ese tema y para hablar de otras cosas. Nos niegan eso, pero a la vez permiten el aumento de las prepagas«, expresó, indignado, un «independiente» de la CGT. Sobre la suma fija, indicaron que «no sabemos a quiénes se la quieren dar, ni si va a salir. Ya no esperamos nada. Nosotros vamos a seguir discutiendo salarios en las paritarias».

El 17 de octubre, pero en la Plaza de Mayo, el líder de la Cámpora, Máximo Kirchner, había pedido especialmente por la suma fija. «Se necesita una suma fija que nos saque del ahogo», dijo muy cerca de otro de los líderes de la CGT, Pablo Moyano, que sí está a favor del mecanismo. En esa línea, se leyó la voz de De Pedro.

El ministro subrayó que para él «la cabeza (haciendo referencia al Presidente) tiene que ordenar los intereses particulares porque si cada uno tira de su piolita la maquinaria no anda. Tiene que decir: ‘En esta te toca, en esta no, pero vamos a poner una suma fija porque necesitamos recomponer el poder adquisitivo del salario'». Y dijo: «Por supuesto que estamos a favor de las paritarias, pero hay que darle más posibilidades a los salarios más bajos y achatar la pirámide».

El debate por las PASO

Mientras tanto, en la agenda apareció el segundo debate. Las PASO. Un grupo de legisladores que responden a partidos provinciales de Río Negro y Misiones, encabezados por Luis Di Giacomo, presentó en el Congreso un proyecto para eliminarlas. Cuentan con el respaldo de un numeroso grupo de gobernadores. «El cien por ciento de los gobernadores del FdT se manifestaron a favor de que no haya cuatro elecciones en el año. Es lo que plantea la mayoría del FdT, pero el que toma las decisiones es Alberto Fernández y por eso se generan tensiones», indicó De Pedro sobre este punto.

El Presidente Alberto Fernández está convencido: no quiere suspender las PASO y, según sus cuentas, hay 12 diputados del bloque oficialista que tampoco votarían a favor de eliminarlas.

Wado De Pedro dio un giro en sus declaraciones públicas
. Hasta ahora, cada vez que era consultado por el tema –él o alguien de su entorno– decía que no le correspondía opinar al respecto y que era una cuestión que debía resolver el Congreso. Ayer, en cambio, tomó otra postura. «La gente está para definir, para votar y las discusiones internas se tienen que dar dentro de las fuerzas políticas», dijo. «Eso plantean los gobernadores y los intendentes. Se generan tensiones y se discute públicamente porque la mayoría quiere convencer al Presidente de la idea que tienen».

Por ahora, no logran su objetivo: Fernández sigue firme con su postura. Alrededor del ministro sostienen que los dos temas –PASO y suma fija– sobrevuelan todas las conversaciones al interior del gobierno desde hace, al menos, dos meses. «Wado sale a decirlo –señalan– porque hay que ejercer presión. Quiere que se sepa que hay un sector del Frente de Todos que está trabajando en esos temas». 


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Cuáles son los cambios que exige la oposición para acompañar la Ley Bases y el paquete fiscal

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El debate legislativo de la semana finalizó sin dictamen. El oficialismo ya sabe que los proyectos que se aprobaron en la Cámara de Diputados sufrirán modificaciones. Los cinco puntos clave.

Por María Cafferata

Un Pacto de Mayo sin ley, una ley sin forma. La imposibilidad de dictaminar la Ley Bases no solo enterró la ilusión del acto de unidad con los gobernadores en Córdoba, sino que hundió la fantasía de que el gobierno ya había logrado cerrar un gran acuerdo con la oposición. No hay acuerdo ni borrador final: solo la certidumbre de que los proyectos que se aprobaron en Diputados no serán los mismos que se aprobarán en el Senado. Hay seis senadores opositores cuyas firmas son claves que todavía aguardan una respuesta del oficialismo sobre sus pedidos de modificaciones y, hasta que no tengan una devolución, no dictaminarán nada. La pelota, aseguran, está del lado del gobierno nacional, que tendrá que definir, este fin de semana, qué cambios acepta y cuáles se arriesga a rechazar. En el mientras tanto, nadie, ni el propio gobierno, está seguro de qué forma final tendrán las dos primeras leyes que el Congreso le aprobará a Javier Milei. 

Martín Lousteau (UCR), Pablo Blanco (UCR), Maxi Abad (UCR), Guadalupe Tagliaferri (PRO), Edgardo Kueider (Entre Ríos) y José Carambia (Santa Cruz) son los seis senadores de cuyas firmas depende que las comisiones de Presupuesto, Legislación General y Asuntos Constitucionales puedan dictaminar la Ley Bases y el paquete fiscal para que puedan llegar al recinto. El oficialismo se equivocó al creer que el número estaba garantizado y que, en todo caso, la discusión por la letra chica se resolvería de camino al recinto. Y los senadores se lo están haciendo pagar. Para muchos, la inclusión de Victoria Villarruel en las negociaciones – hasta ahora desplazada – habilitará un diálogo más fluido con un oficialismo que, hasta ahora, estaba fragmentado. El intercambio era, por momentos, contradictorio: el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, decía una cosa y el ministro de Interior, Guillermo Francos, decía otra. 

«Que digan lo que quieran, yo no firmo nada». La frase salió de la boca de varios senadores opositores en las últimas 48 horas. Senadores que se sienten empoderados y que, ante la ausencia de ofertas concretas del gobierno – con la excepción de los fondos para la UBA (un guiño directo al radicalismo) -, van acumulando reclamos. El gobierno solo cuenta con siete senadores propios y otros cinco del PRO: está muy lejos de los 37 que necesita para el quórum, por lo que no está en condiciones de ignorar ningún pedido. El problema es que, a medida que pasa el tiempo, los pedidos son cada vez más.

RIGI

A la cabeza de los reclamos está el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) que otorga beneficios fiscales exorbitantes por 30 años para todas las empresas extranjeras que inviertan más de 200 millones de dólares. El vocero más elocuente contra el RIGI ha sido Lousteau, pero no está solo: el radical arrastra consigo también las objeciones de Tagliaferri, Blanco, Abad y varias fuerzas provinciales. Una de las mayores críticas es al artículo 163, que anula cualquier normativa provincial que restrinja lo sostenido por el régimen (adhieran o no las provincias). Se reclama, a su vez, establecer un régimen especial para las industrias más chicas – ya que las inversiones por más de 200 millones están pensadas, casi exclusivamente, para la actividad minera y petrolera -, así como algún sistema de «compre argentino» que proteja a la industria local de la apertura de importaciones.

Hay otros senadores, como Kueider, que plantean cambios más de fondo, como la exigencia de encadenamientos productivos locales.

Impuesto a las Ganancias

Si hay un capítulo que no tiene posibilidades de aprobarse sin cambios es la restitución de Ganancias. Los senadores patagónicos exigen incluir un diferencial para la zona – aludiendo a que el costo de vida es mucho mayor que en el resto del país – y reclaman un incremento del piso mínimo del 22 por ciento. Es decir, que pasaría de 1,8 millones a casi 2,2 millones (que es el mínimo que el proyecto sostiene para personas casadas). 

Este punto está casi cerrado con el gobierno nacional, ya que los patagónicos amenazaron con voltearle todo el paquete fiscal si no introduce cambios. Los patagónicos están cerca de sumar unos 48 votos en contra. Es decir, los dos tercios del Senado, lo que obligaría al oficialismo a conseguir la misma mayoría en Diputados para rechazar la modificación (un número que LLA no tiene posibilidades de alcanzar). Dependen de que Unión por la Patria y un par de senadores sin tierra quieran acompañar y están confiados en que lo lograrán. 

Privatizaciones

Era un capítulo que parecía cerrado y que, en la última semana, empezó a acumular varias objeciones. Principalmente por la privatización de dos empresas públicas: Aerolíneas Argentinas y Correo Argentino. Son varios los senadores del Sur que advierten que, si privatizan la línea de bandera, se caerán varias rutas no turísticas de la Patagonia, como ya sucedió en los 90′. El mismo argumento se repite para el Correo Argentino: el temor es que termine habiendo ciudades y pueblos enteros que se queden sin correo si el Estado no lo garantiza. 

Estas objeciones representan un dolor de cabeza para el oficialismo, ya que el capítulo de privatizaciones representa una de las partes centrales de la Ley Bases. En efecto, cuando el proyecto se cayó en febrero en Diputados fue porque el recinto estaba a punto de rechazar las privatizaciones (entonces eran un total de 27, ahora son once). En el oficialismo buscan evitar una «carnicería» del proyecto, pero se enfrentan a una difícil realidad numérica: si los patagónicos repiten el número de Ganancias para privatizaciones podrían terminar blindando también este capítulo frente a posibles modificaciones en Diputados. 

Blanqueo de capitales

Con el tándem Lousteau-Tagliaferri encabezando la avanzada, el gobierno reconoce que introducirá cambios en el capítulo de blanqueo (uno de los más generosos de los últimos años, ya que permite que quienes blanqueen hasta 100 mil dólares no paguen ninguna penalización). Uno de los pedidos es excluir a los hermanos de los funcionarios, así prohibir la posibilidad de que las personas puedan blanquear en nombre de otras (testaferros). Otro de los cambios será ampliar de 5 a 10 años el tiempo que tenga que haber pasado desde que una persona ocupó un cargo público para poder acogerse al beneficio.   

Moratoria previsional

Hay, además, decenas de pedidos de modificaciones que refieren a la reforma de la Ley de Hidrocarburos o la Ley de Procedimiento administrativo, así como a la reforma laboral. Uno de los temas más delicados es, sin embargo, la eliminación de la moratoria previsional. Hoy por hoy, en el Senado no está el número para aprobar este capítulo, que no solo cuenta con el rechazo de UxP o Carambia y Kueider, sino también de la cordobesa Alejandra Vigo, la rionegrina Mónica Silva y la neuquina Lucila Crexell. La gran mayoría de los senadores coinciden en que eliminar la moratoria representaría un duro golpe para las mujeres – 9 de cada 10 no cuenta con los 30 años de aportes – y nadie quiere cargar con ese costo político. Más de un senador pro Ley Bases, incluso, tiene planeado levantar e irse durante la votación para no tener que votar a favor. 


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