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Designaron a los conjueces de la Corte que intervendrán en la causa por presunto espionaje ilegal

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Los cuatro jueces titulares del máximo tribunal se excusaron de intervenir y sus reemplazantes fueron sorteados entre los presidentes de las cámaras federales de todo el país.

La formación de la Corte Suprema de Justicia para intervenir en la causa por presunto espionaje ilegal durante el gobierno de Cambiemos estará integrada por los presidentes de la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia, Javier Leal de Ibarra; el de Corrientes, Ramón González; el de la de la Capital Federal, Mariano Llorens; el de Tucumán, Mario Leal, y el de San Martín, Juan Pablo Salas.

Así se resolvió hoy por sorteo, ante la excusación para intervenir de los actuales cuatro jueces de la Corte Suprema.

Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti se excusaron de intervenir en el expediente sin explicar las razones y dispusieron que el máximo tribunal se integrara con conjueces.

Por el mismo mecanismo de sorteo fueron designados como suplentes Juan Manuel Pizarro, de la Cámara Federal de Mendoza; Alejandro Tazza, de Mar del Plata; Juan Carlos Bonzón, de la Cámara en lo Penal Económico; Roberto Amábile, de Bahía Blanca, y Guillermo Antelo, del fuero Civil y Comercial federal.

El querellante Rafael Resnick Brenner, presente en el sorteo, insistió con la necesidad de que los jueces de la Corte Suprema titulares explicaran las razones de su apartamiento del expediente.

Además, planteó su objeción a que Llorens integre el tribunal, habida cuenta que ya tuvo intervención en el expediente como juez de Cámara.

Resnick Brenner “objetó la posible designación como integrante del tribunal del juez Mariano Llorens», quedó resignado en el acta.

Finalmente, cuestión el “incumplimiento del cupo femenino” en la integración del tribunal.


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4 claves del Estudiantes campeón de la Copa de la Liga

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El equipo de Eduardo Domínguez volvió a festejar gracias a varios puntos muy altos, sobre todo en defensa, y se aseguró estar en la Libertadores 2025. La Copa de la Liga, un torneo cada vez más interesante.

Por Cristian Dellocchio

Tantas veces vilipendiada, la Copa de la Liga terminó dejando emociones por doquier. Desde una hiperactiva última fecha de la fase de grupos, pasando por unos cuartos de final liderados por el Boca vs. River y unas semis definidas con los siempre bien recibidos -por los espectadores neutrales- penales. Pero la emoción más grande fue propiedad de Estudiantes de La Plata, que se consagró campeón luego de vencer por penales a Vélez en una gran final disputada este domingo por la tarde en Santiago del Estero.

Fue empate 1 a 1 en los 90 -goles de Eros Mancuso y el casi debutante Alejo Sarco- y 0 a 0 en el alargue, con lo que la cosa se tuvo que resolver en los penales (4 a 3), terreno donde Matías Mansilla se erigió como gran figura al detener tres de los seis tiros velezanos. Su colega rival, Tomás Marchiori, se anotó dos atajadones pero fueron insuficientes para rescatar a sus compañeros, muchos de ellos pibes que merecieron llevarse algo más que el reconocimiento de los hinchas presentes en el Madre de Ciudades, tanto propios como ajenos. Aquí, algunas claves de por qué Estudiantes se llevó este partidazo.

La dupla Lollo-Romero

A Estudiantes lo desbordaron mucho por las bandas y si eso no paso a mayores fue gracias a la tarea de su dupla central. El veterano Luciano Lollo (37 pirulos) y el cada vez más prometedor Zaid Romero (25) sostuvieron la resistencia pincha, aún cuando Mansilla tambaleó con un blooper que el central zurdo terminó reventando al córner contra su arco, arriesgando el gol en contra.

El exGodoy Cruz incluso generó el clásico «Estudión, Estudión» (o «Estudián, Estudián») en las tribunas cuando recuperó y avanzó con pelota dominada hasta pasar mitad de cancha medio que a los tumbos, pero ganando un lateral. Lollo y Romero compartieron zaga en siete partidos este año y sufrieron apenas tres goles.

Saber pegar

Aunque pareció un tanto exagerada la roja directa a Damián Fernández, el central quedó expuesto por dejar a los suyos con uno menos en una jugada intrascendente (un forcejeo con Cetré lejos del área). Por el contrario, Gastón Benedetti quedará muy bien parado en el recuerdo platense por hacer uso de la ley de último hombre cuando Pizzini se iba solo para el 2-1 de Vélez. Expulsión al lateral, negoción pincha.

Más intuición, menos machete

Mansilla ya había lucido su «machete» ante las cámaras luego del triunfo ante Boca. Y esta vez volvió a hacerse presente esa hoja impresa a color, a la vista de todos, casi que exageradamente. Juego psicológico o trabajo de estudio, el «machete» terminó siendo más televisivo que otra cosa dado que varios de los pateadores de Vélez eran pibes con poca experiencia en Primera, como luego reconoció el arquero. Al fin y al cabo, prevalecieron sus instintos.

Suerte de la buena

Por repetido no deja de ser cierto: para ser campeón hay que tener suerte. Vélez hizo todo el gasto en ataque, fue dominador de principio a fin, tuvo en Thiago Fernández al mejor jugador del partido y, sin embargo, se fue con las manos vacías. En parte porque sintió la ausencia de su goleador, Braian Romero (seis de los 16 goles del equipo en 16 partidos). Y en otra porque Estudiantes aguantó y, en la primera que tuvo, la mandó a guardar de la mano de Mancuso. El interesantísimo Sarco -cuarto partido en Primera- quiso ponerle justicia al resultado pero, como contra Boca, el Pincha fue inteligente y llevó la historia hasta los penales, terreno donde fue mejor que sus rivales para festejar nada menos que su segundo título en unos pocos meses de la mano de Eduardo Domínguez (Copa Argentina en diciembre pasado).


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